La Libertad de Ser Distinto

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Decepcionado de la trascendencia - por entender mi congenita finitud-, enderece la mira de mis deseos hacia la inmamencia, y entonces mi afan fue conseguir un terrenito donde poner una casita y dentro de una casita una chimenea y junto a la chimenea un sillon con una lampara de pie para tumbarme a leer, y tuve que dejar de leer para ponerme a trabajar, pues mi aterrizado deseo era un deseo clasemediero y, siendo tan popular, ya existian los cauces institucionales para lograrlo: trabajaba todos los dias y todo el dia, salvo el domingo, que dedicaba a la revision de los periodicos: queria enterarme de la ofertas, de los planes de credito y de financiamiento tan imposibles, entonces, como la conquista de la eternidad.
Yo no se por qué, sabiendome mortal, queria tener un patrimonio. Y tampoco entiendo como fue posible, odiando como odio el trabajo, someterme a el por una meta que ni siquiera era mi meta, pero le dedique mas tiempo y vida de los que le habia dedicado a la poesia, y tras años de una voluntaria esclavitud pude por fin sentarme en algo mio: no se parecia a mi sueño, pues el mercado inmobiliario siempre iba varios pasos y pesos adelante de mi presupuesto, pero era mio y me duro muy poco. Un dia escapé dejando a mi familia viviendo en mi deseo. Tambien dejé la lampara que nunca estuvo junto a una chimenea y toda mi biblioteca.

Es un fragmento del libro que leo ahora, este si es mio, asi q luego puedo prestarselo, y tiene cosas muy interesantes, se llama LA LIBERTAD DE SER DISTINTO.

CUIDATE!" - Gracias por el correo.