Una Idea Rasca el Fondo de Mi Cabeza

¿Recuerdas tu primer día de clases en esa escuela nueva donde no conoces a nadie?
o ¿Cuando decidiste ver en persona a ese contacto con el que te llevas muy bien? (aquel que piensas que pudiera ser el internet jugando contigo).

Una idea ha empezado a rascar el fondo de mi cabeza, escucho sus arañazos dentro de mi cráneo... ese sonido que perfora mis oídos desde adentro. Levanta en suspensión a mi estómago y pareciera que está vacío, pero yo sé que no puede ser... no es hora para tener hambre siquiera. Además ¿Cómo culpar al hambre si ya conozco al culpable?

Ahorita esa idea rasca el fondo de mi cabeza pero curiosamente no incomoda... extrañaré que algún día deje de haber ideas que me pongan nervioso, creo que ese momento es técnicamente la muerte aún cuando tu corazón siga latiendo.

Veo las imágenes que como proyector llegan a mis ojos... creo que puedo lograr un gran salto... creo que ya es hora... y esa idea sigue rascando el fondo de mi cabeza, lo hace por inercia ¡Se emociona y acelera! Se arruya con el movimiento; por momentos dormida, aún cuando se me olvida, ella sueña conmigo.

Creo que ya es hora... ¡Despierta!

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